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Ambiente Emocional en la Práctica Pedagógica

Actualizado: 14 ago 2019

Profosor Dr. Jorge Fabres Campos

Escuela de Lenguaje Antu Ainil, Limache.

Resumen

La presente investigación se centra en la comprensión y el significado que los/as docentes otorgan al ambiente emocional en su práctica pedagógica, es decir, atiende el grado de influencia del ambiente emocional en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello se realiza un estudio descriptivo cualitativo en dos escuelas de educación básica, utilizando como procedimientos: la observación y su registro, entrevistas semiestructuradas, notas de campo y análisis bibliográfico. A partir de ello, se han determinado un grupo de categorías y subcategorías posteriormente analizadas e interpretadas.

En síntesis, se exponen por una parte, una serie de afirmaciones que van dando forma a nuevas zonas de inteligibilidad producidas por las creencias de los docentes respecto de la manifestación de las emociones y sentimientos en la sala de clases y la comprensión y significado que poseen sobre ellas, además da cuenta de la relación emocional que se produce entre los/as docentes y sus estudiantes, como también de la percepción emocional que tienen de ellos/as. Asimismo aportan significados sobre la percepción emocional que poseen de su labor docente y algunas claves para desarrollar un ambiente emocional favorable de aula, por último se evidencia la influencia de las emociones en el aprendizaje, como también su uso para desarrollar ciertas conductas en sus estudiantes.


1. Presentación Teórica

En el diseño y conformación de ésta investigación, han influido fundamentalmente las ideas contenidas en los Objetivos Fundamentales Transversales, señalados por el Ministerio de Educación, (Mineduc, 2002) que permiten un acercamiento a la estimulación y desarrollo de las capacidades emocionales de los estudiantes y, por otro, las ideas de innovación pedagógica que se vienen implementando al interior de los centros educativos, considerando a los/as estudiantes desde una perspectiva integral y la necesidad de lograr en ellos aprendizajes significativos, salvaguardando la calidad de ellos.

Para atender las profundas transformaciones experimentadas por la sociedad, es necesario remitirse a nuevos vínculos; el vínculo entre el desarrollo cognitivo - intelectual, la formación personal y valórica y el desarrollo de la conciencia emocional. Esto porque lo que está cambiando, no es sólo el mundo en el que vivimos, sino también la forma de comprenderlo, así como la forma de entendernos y relacionarnos entre sí. Al incorporar la dimensión emocional al proceso de transformación de la escuela, se torna posible la ampliación de la capacidad de conciencia y atención frente a las propias percepciones, las creencias sobre sí mismo, la cultura y el mundo. (Morin, 2002)

Existe el prejuicio de que las emociones impiden pensar bien. Con mucha frecuencia se escuchan expresiones; «deja las emociones de lado y piensa bien». Esta manera de ver las cosas sugiere que hay una antítesis entre emociones y el pensamiento. Sugiere que las emociones afectan negativamente el pensamiento. Este tipo de pensamiento es erróneo. Por el contrario, las emociones se relacionan bien con el pensamiento y sirven también para pensar bien. Es un aspecto relevante, pues unir las competencias emocionales a las competencias de pensamiento aumenta la capacidad de ver, de razonar lógicamente, de emitir juicios o de generar acciones.

Desde aquí se inicia un acercamiento hacia la comprensión del ambiente emocional en la sala de clases. ¿El docente en su planificación de aula, se ocupa por el desarrollo del ambiente emocional?, ¿Posee algún tipo de formación respecto a estas habilidades?, ¿El ambiente emocional, de qué manera contribuye a la calidad de la enseñanza y del aprendizaje?

De manera específica; ¿Cuáles son las dificultades que sienten los/as profesores, para obtener un ambiente emocional adecuado? ¿Qué significado le dan a sus estados emocionales en su práctica pedagógica?, ¿De qué manera utilizan las emociones como estrategia pedagógica? ¿Qué comprensión y manejo emocional tienen los/as docentes? ¿Cómo perciben los/as docentes la relación emocional con sus estudiantes?

Al ingresar a la escuela sobre todo en la enseñanza básica, los niños deben enfrentar una serie de desafíos y acomodar sus esquemas cognitivos, emocionales y afectivos a las exigencias del ámbito escolar, todo ello con la finalidad de tener una mejor adaptación al nuevo ambiente que empiezan a conocer. Esto en sí trae una serie de consecuencias ya que, deben abrirse desde la familia protectora, a la escuela para establecer nuevos vínculos afectivos entre sus pares y el/a profesor/a, los cuales pasan de ser personas extrañas a compañeros de su nueva realidad. El niño/a debe atravesar por etapas que involucran el logro de ciertas competencias y desarrollo de habilidades cognitivas, así también emocionales, especialmente referidas a sus vinculaciones afectivas sobre todo dentro de la sala de clases.

Como señala Maturana (2002), todo el vivir animal, en general, y el vivir humano en particular, ocurre desde el emocionar. Las emociones constituyen el fundamento de todo lo que hacemos, incluso el razonar. Todo el vivir ocurre desde el emocionar como fundamento. No hay vivir sin emoción porque la emoción es, desde la operacionalidad del vivir, la configuración dinámica de la corporalidad que en cada instante, va especificando conductas relacionales que les son posibles.

Existe una relación estrecha entre la inteligencia y la afectividad: la facultad de razonamiento puede ser disminuida y hasta destruida por un déficit de emoción; el debilitamiento de la capacidad para reaccionar emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos irracionales (Morin, 2000).

Así, a partir de las experiencias emocionales tempranas se va construyendo un modo de acercamiento y de relación con los otros a través del predominio de ciertos estados emocionales sobre otros y ciertos mecanismos básicos de manejo de las emociones y las situaciones que las desencadenan, que van construyendo características básicas o formas de reacción que constituyen la personalidad o rasgos que tienen cierta permanencia o regularidad en el tiempo.

El acceso a la propia experiencia emocional y a la experiencia emocional del otro permite compartir emociones y visiones. Es en este espacio donde se genera un contacto humano verdadero, es a partir de estos encuentros entre personas que se generan vínculos que permiten interacciones con objetos reales, es desde aquí que se puede aprender de los otros.

Sin embargo, cuando no se tiene conciencia de lo que ocurre con las emociones, las personas se sienten tomadas por ellas. Así muchas veces se suele pensar que las emociones ocurren de manera independiente, pero si se toma conciencia de lo que ocurre, deja de ser cierto. Así pareciera que las personas no son responsables de las emociones que les ocurren, como tampoco de las acciones realizadas a partir de esas emociones. Al reaccionar inconscientemente a los estímulos externos, lo más frecuente es que se termine lamentando lo que se ha hecho.

Al ser inconscientes del estado emocional, es muy probable encontrarse aislado de los otros. Si una persona no es capaz de percibir sus emociones, no podrá percibir las emociones de los otros. Si no puede sentir y reconocer sus emociones tampoco podrá sentir y reconocer las emociones en los otros. De esta manera se está restringiendo a vivir en la incomprensión de lo que le ocurre a las personas con las que se relaciona.

El no estar consciente del mundo emocional, es estar encerrado en el espacio racional. Es no ver las posibilidades que el mundo emocional ofrece. Sin embargo, el solo hecho de ver el mecanismo en el que ocurre este proceso, permite iniciar el camino de hacer más consciente la experiencia emocional. Hacer más consciente la experiencia emocional, es abrirse a una vida más plena. Más plena consigo mismo y más plena con relación a los otros.

La incomprensión emocional, no sólo lleva a distanciamientos, juicios y acciones equivocadas por parte de los/as docentes, sino que se convierte en uno de los enemigos del aprendizaje de los/as alumnos/as. Por otra parte, cuando los/as docentes tratan de establecer vínculos durables con sus estudiantes, como acompañarlos de un año a otro, crean condiciones propicias al aprendizaje, y resultados académicos de alto nivel.

Es importante destacar que la comprensión o incomprensión emocional en la escuela no ocurre solo como resultado de la presencia o ausencia de competencias emocionales personales, sino que se genera también en las formas en que la escuela promueve o inhibe las experiencias positivas compartidas y las interacciones cercanas que fomentan comprensiones comunes.

Si un/a docente vive en la inconsciencia emocional personal, si es incompetente en el plano emocional, si niega sus sentimientos, niega también lo que sus estudiantes puedan sentir. Dado que, en la escuela, todos viven en relaciones y actúan en un espacio con otros/as, existe también la posibilidad de fallar en la comprensión de lo que esos otros/as sienten, es decir, caer en la incomprensión emocional o en la mala comprensión emocional que podría ser fuente de malentendidos y de sufrimiento.

Los/as docentes que no pueden entrar en contacto con sus emociones tienen también dificultad para decidir rumbos racionales de acción. Sin embargo, esto es una situación de intensidad y es posible apreciar que algunas personas tienen más o menos dificultad que otras para percibir sus emociones. Es importante ponderar estos matices, pues las personas que tienen dificultades para sentir sus emociones, también tienen dificultades para expresarlas.

Se reconoce que no hay aprendizajes fuera del espacio emocional. Todo lo que una persona hace tiene una emoción como base, el clima emocional del aula es el principal factor que explica las variaciones en el rendimiento de los/as estudiantes, las emociones sirven para pensar mejor, estas influyen en la salud para bien o para mal, las emociones permiten la supervivencia de las personas, el desarrollo emocional es tan importante como el desarrollo cognitivo, el conocimiento de sus propias emociones es el mejor predictor de mejores aprendizajes.


2. Objetivos

Comprender qué percepción tienen las/os profesoras/es sobre el ambiente emocional que se desarrolla en estudiantes de tercer y cuarto nivel de Educación Básica.

Interpretar cuáles son las necesidades que sienten las/os docentes para desarrollar un ambiente emocional en su práctica pedagógica.

Interpretar qué significado le dan los/as docentes a sus estados emocionales durante su práctica pedagógica.


3. Procedimiento

Se enmarca en el paradigma cualitativo de la investigación, toda vez que la expresión de las conductas emocionales, son abordadas desde una perspectiva interpretativa - descriptiva, la información se obtiene de las/os propios actores de la problemática en el contexto incursionado.

La investigación cualitativa es una investigación «desde dentro» que supone una preponderancia de lo individual y subjetivo. Es el caso de éste estudio, en la medida que abarca un aspecto subjetivo, tanto de las/os docentes como de las/os estudiantes, principalmente determinante en el proceso de enseñanza y aprendizaje, como es el ambiente emocional en la sala de clases. Entonces, es una investigación cualitativa principalmente porque da importancia al contexto, la función y el significado de los actos humanos. Por ello está dirigida al análisis de las interacciones existentes entre las/os estudiantes y su profesor/a, y como tal, está centrada en las cualidades, la diferencia, particularidad o característica especial de esta relación y lo que le da sentido o razón de ser a las relaciones al interior de la sala de clases. (Stake, 1998)


3.1 Descripción del Contexto

Se trata de dos establecimientos educacionales, uno de modalidad particular subvencionado y otro de carácter municipalizado, ambos ubicados en la región del Maule, Chile.

El primer establecimiento educacional se declara confesionalmente católico, y dependiente de una Congregación Religiosa. El nivel socioeconómico de las/os niña/os, es medio bajo y la mayoría cuenta con el apoyo de los padres para el desarrollo de su formación escolar y personal.

El otro establecimiento, funciona bajo la dirección del Estado a través de su municipio. El nivel socioeconómico, es medio bajo, y la mayoría de los estudiantes no cuenta con el apoyo de los padres para su formación escolar y personal.

En síntesis, la muestra consta de siete profesoras y un profesor de Educación General Básica, quienes analizaron el ambiente emocional en sus prácticas pedagógicas. Además se estableció un grupo de seis alumnos, que cursan los dos niveles de la enseñanza básica (NB1 – NB2) aportando otro punto de vista para la comprensión del ambiente emocional en que se desenvuelven.


3.2 Procedimientos para la Recogida de Información.

Según De Ketele (1997), recolección de información se define como: El proceso organizado que se efectúa para obtener información a partir de fuentes múltiples, con objetivos claramente definidos y que proporcionen garantías suficientes de validez. Los instrumentos utilizados para la recolección de información han sido; observación participante y sus registros, entrevistas en profundidad y semi estructuradas, grupos de discusión y notas de campo principalmente.

Se han realizado, a las/os docentes cuatro entrevistas; la primera con el objetivo de conocerlos en el ámbito personal y sus inicios en la pedagogía, la siguiente para comenzar el desarrollo del tema en profundidad, la tercera para tratar de contextualizar su trabajo pedagógico y su interacción con el ambiente emocional y la última con el fin de aclarar conceptos e ideas confusas emanadas de las entrevistas anteriores. Además se acompañarán con notas de campo que aportarán descripciones de los sucesos acontecidos dentro del aula.

La información obtenida mediante los instrumentos mencionados anteriormente, será examinada en su íntegro contenido cuya finalidad, será el estudio de las diversas expresiones emocionales manifestadas por docentes y estudiantes, que han participado de las entrevistas, más adelante denominadas categorías.

Al reflexionar y concentrarse en los contenidos de las entrevistas, las descripciones y los antecedentes argumentativos, en esa contemplación, fueron apareciendo las categorías o las expresiones que mejor las describen y las propiedades o atributos más adecuados para especificarlos. (Martínez, 2003) Las categorías han sido creadas sobre la base de la revisión de los datos obtenidos, organizadas en matrices, una vez aplicados los diferentes instrumentos utilizados en la recogida de la información. Se determinaron cuatro categorías y sus respectivos indicadores.


3.3 Categorías

Compresión y Manejo de las Emociones del Docente

Comprensión de las emociones. Situaciones que provocan emocionalmente al docente. Control de las emociones. Manifestación de sus emociones. Sentimientos del docente.

Relación Emocional Docente - Estudiantes

Percepción emocional de sus estudiantes. Manifestación de las emociones de los estudiantes. Influencia de las emociones del docente en sus estudiantes. Influencia de las emociones de los estudiantes en el docente. Relación sentimental con los estudiantes.

Percepción Emocional de la Labor Docente

Comprensión de su labor docente. Emocionar en su práctica pedagógica. Claves para un ambiente emocional favorable en clases.

Enfoque Pedagógico del Docente

Las emociones como estrategia pedagógica. Influencia de las emociones en el aprendizaje. Uso del lenguaje verbal y gestual como estrategia de tipo emocional.


4. Síntesis Reflexiva - Conclusiones.

Las emociones y los sentimientos son dimensiones fundamentales del ser humano, donde el periodo escolar coincide con las etapas del desarrollo personal, por lo tanto, la tarea educativa de la escuela es fundamental. Esta tarea, destinada a promover un mejor conocimiento de sí mismo, del sentimiento de autoestima, del valor del respeto mutuo y el desarrollo de una afectividad plena, crea las condiciones para un crecimiento afectivo sano, contribuye a la prevención de situaciones problemáticas de vida y prepara a niños y jóvenes para una vida armoniosa y responsable.

Así sintetiza Maturana (2002), cuando afirma que se debe terminar con la desvalorización de las emociones, propia de nuestra cultura patriarcal que a fuerza de privilegiar la razón, sin comprenderla, nos ha hecho casi inconscientes en lo que se refiere a nuestro emocionar y, con ello, inválidos en el emocionar y el razonar en muchas dimensiones del vivir.


4.1 Síntesis reflexiva asociada a las principales categorías

En la categoría «Manifestación de sus emociones en la sala de clases», las/os docentes destacan la importancia de considerar las emociones en su práctica pedagógica, sostienen que son fundamentales en toda relación y que mantener el equilibrio entre ellas refleja la vitalidad de la vida. Si se es capaz de trasmitir lo que siente, un gesto puede ser más significativo que las palabras.

En general las/os docentes manifiestan sus emociones vinculadas con las emociones básicas; como la alegría, miedo (seguridad/inseguridad), frustración (impotencia) y tristeza, dando mayor énfasis a las emociones de frustración y miedo.

Sobre sus alegrías, se relacionan con la satisfacción que perciben, sobre su desempeño durante una práctica pedagógica o cuando sus estudiantes dan buenas respuestas y participan de su clase. Cuando participan de los avances de sus estudiantes, especialmente en la comprensión lectora.

Los docentes focalizan la frustración al darse cuenta que no todos sus estudiantes están aprendiendo y la dificultad para romper el círculo vicioso que se establece en esa situación, es decir, preparar una clase considerando las características de cada estudiante y que al final no se logre.

Así también, las inseguridades que manifiestan los docentes, se observan particularmente en la duda de ser capaces para adaptarse a las características de los nuevos estudiantes que recibirían, la duda por cómo plantearse frente a ellos, o cómo poder llegar hasta ellos.

Por el contrario, la seguridad se va manifestando en los docentes en la medida que van conociendo a sus estudiantes, a partir de su experiencia en el campo pedagógico y por la asistencia a cursos de perfeccionamientos.

La emoción del miedo la manifiestan los docentes desde tres puntos de vista; el primero se relaciona con el miedo a desarrollar una clase y que sus estudiantes no aprendan. El otro tipo se trata de la preocupación de dejar a algún estudiante con una carga negativa, que producto de su personalidad, llegue a provocar frustración en un niño. El último tipo de miedo que manifiestan los docentes es perder el control de la clase y que algunos estudiantes se puedan agredir, y causar un accidente grave a otro compañero. Su atención está puesta en los niños más peligrosos, los más agresivos.

La ansiedad, otra de las emociones que son fácilmente reconocidas por los docentes en sus estudiantes, se relaciona con el ámbito evaluativo de la práctica pedagógica. El nerviosismo frente a una prueba, o una materia que resulta muy difícil, expresan su nerviosismo, a través de la dificultad para concentrarse.

La rabia y la agresividad son emociones que son reconocidas por los docentes como recurrentes en sus estudiantes y en las interacciones en la sala de clases, básicamente, dificultad para relacionarse con los demás, reacciones en forma violenta, juegos bruscos y cambio de humor repentino.

En relación al «Control de las emociones» se puede determinar que las/os docentes fijan dos ámbitos; el primero de ellos en que se observan a sí mismos sobre los mecanismos que utilizan para controlarse emocionalmente y el segundo es al control emocional de sus estudiantes, insistiendo que sus estudiantes no tienen control sobre sus emociones y la explicitan sin mayor cuidado.

«La relación emocional con los estudiantes» se basa en tres componentes; la confianza que el profesor/a procura establecer, éste factor es considerado relevante para la construcción de otros lazos afectivos de mayor complejidad. La empatía que transmiten los docentes, particularmente en situaciones de riesgo y la necesidad de relacionarse a que están obligados a establecer, tanto docentes como estudiantes.

La influencia de las emociones entre los docentes y sus estudiantes se caracteriza por el reconocimiento de éstas en sus relaciones personales, es decir el temperamento interfiere a las personas cercanas, su forma de ser, en ese instante va a reflejar lo que está sintiendo y los estudiantes lo perciben y lo mismo le ocurre a los docentes. También, se pudo observar que la influencia de las emociones, más allá del estudiante, se vinculaba con su entorno familiar.

Lo que ocurre en el aula no es otra cosa que una interacción basada en las necesidades de los estudiantes y los docentes, y las «necesidades de aprendizaje» que no son las únicas que tienen los estudiantes en la escuela, ellos tienen necesidades de ser reconocidos en su legitimidad, quieren ser escuchados, necesitan ser respetados, pertenecer a una comunidad de pares, necesitan autonomía. En la relación segura y confiable donde el objetivo es el aprendizaje y no la selección, los estudiantes pueden expresar las necesidades de aprendizaje sin culpa ni vergüenza. Como destacan Silva y Torrego (2013: 8) «en general la percepción del clima de clase es similar entre profesores y alumnos, ambos reconocen que el respeto es una de las principales garantes de que el aula funcione».

La categoría «Comprensión de su labor docente» se pueden observar diversos ámbitos de relación; desde una perspectiva de desarrollo personal, a través del aspecto vocacional, donde manifiestan su sentimiento de agrado por la labor que están desempeñando, el entusiasmo por dedicarse a enseñar y ayudar a los que tienen mayor dificultad en aprender.

También están las necesidades del docente que son las fuentes intrínsecas de su motivación como tal. Si efectivamente el docente esta en esa relación de confianza y seguridad, él o ella podrán expresar sus necesidades como personas o como docentes. Sus necesidades como docentes están ligadas a sus estudiantes, la principal necesidad es que ellos aprendan.

La comprensión de su labor docente se manifiesta también desde las primeras experiencias pedagógicas, eventos que han sido significativos y que determinan de algún modo el modelo pedagógico que utilizan en la actualidad.

«La percepción de su labor docente desde la mirada pedagógica», las/os docentes ratifican la diversidad de ritmos de aprendizaje que tienen sus estudiantes, y las dificultades para la atención a la diversidad y la inclusión de todas/os, aluden también la diversidad de roles y funciones que realizan y que se espera ellas/os realicen.

La percepción de los docentes respecto del apoyo familiar en el proceso de formación de sus estudiantes insisten que cuando los niños tienen problemas emocionales muy marcados es porque detrás de ellos tienen una historia familiar fragmentada, cuando un niño tiene problemas familiares es un niño totalmente desconcentrado, emocionalmente inestable y eso repercute por supuesto en el aprendizaje.

A continuación algunas Claves para crear o desarrollar un ambiente emocional favorable en clases: la primera «de los afectos» se puede señalar que éstas se refieren a ofrecer mucho cariño y cuidado a sus estudiantes, acudir a la parte del afecto frente a una cosa positiva que ellos hacen. Procuran que los niños entiendan que se les enseña porque los quieren y no porque les imponen algo. Aluden a las relaciones de confianza en que el profesor entregue seguridad a sus alumnos.

La clave «desempeño» insiste en destacar los logros que van realizando los estudiantes, todos merecen un gesto de apoyo, independiente de su nivel de competencia, destacar lo más mínimos de sus logros sobre todo en aquellos niños que les resulta difícil alguna competencia.

Otra clave es «la comunicación» y a través de ella estar abiertos al diálogo, ya que permite establecer la confianza abordando con sutileza lo que se tenga que decir, por insignificante que sea lo que ellos estén diciendo, darles el tiempo para que se expresen.

La última clave se relaciona con «la estructura de clase», es decir con el espacio, y ambiente acogedor en que se pueda desarrollar. Por otra parte que la clase tenga una estructura bien definida, con una introducción – motivación, desarrollo propiamente tal, cierre y evaluación, dentro de un ambiente estructurado, que la sala sea acogedora, que les guste participar. En síntesis como sostiene Graterón (2014) «Es clave manejar el ambiente socio-emocional en la sala de clase, y generar emociones que favorezcan el aprendizaje. No hay aprendizaje sin emoción».

«El uso de las emociones como estrategia pedagógica» es otra de las subcategorías que los/as docentes perciben con claridad en su ejercicio profesional, dando relevancia al espacio emocional personal como también en la interacción con el otro. El nivel de comprensión que poseen los docentes en éste ámbito, los hace utilizar con mayor o menor grado las emociones. Se puede constatar cuando proponen ocupar las emociones como método de enseñanza para que sepan que lo que ellos hacen le causa alegría o pena a otra persona, por ejemplo.

Desde otra situación, los docentes tienen conciencia de la importancia de las emociones en la sala de clases, pero no han sido capaces de encontrar o desarrollar algunas técnicas o estrategias para promover su desarrollo. Los docentes perciben las emociones en su espacio personal, haciendo uso de ellas para mejorar las relaciones con sus estudiantes, además de su trabajo pedagógico.

«La influencia de las emociones en el aprendizaje», es una afirmación que provoca y motiva a los/as docentes para avanzar frente a tan claro enunciado. A lo largo de su trayectoria pedagógica, recogen un sinnúmero de situaciones que avalan lo anterior. Las emociones son importantes en la sala de clases y no se pueden separar, está en las actividades que realizan, los estudiantes se alegran y trabajan con ánimo si los motivan, si no les gusta no trabajan, por lo tanto su aprendizaje va estar influido por ellas, porque un niño temeroso dentro de la sala de clases va a estar pendiente del temor, no se va a poder concentrar como corresponde. Entonces estando tranquilos y seguros eso facilita los aprendizajes.

Del mismo modo, la influencia de las emociones al realizar su labor pedagógica, es percibida por los docentes como un aprendizaje relevante y significativo para continuar desempeñándose de manera competente en su trabajo. Como señala Graterón (2014) «Todo aprendizaje implica una experiencia afectiva porque los centros nerviosos y los neurotransmisores que regulan la motivación y la emoción están involucrados en los procesos de aprendizaje».

El uso del lenguaje gestual y verbal de las emociones, utilizado como estrategia por los docentes en sus prácticas pedagógicas, es ampliamente reconocido ya que permite incorporar una serie de códigos, patrones, símbolos a través de gestos y movimientos corporales, de igual forma toda la información que recibimos y emitimos a través de los diferentes tonos de voz utilizados.

Para concluir tres ideas relevantes que se desean dejar para continuar; las emociones y los sentimientos son un prolífero y atractivo campo de investigación, en la actualidad son notorios los avances y es patente el interés que se ha presentando en las diferentes disciplinas y ciencias sobre esta materia. Este trabajo es parte de este renovado interés, la Pedagogía debe presentar también sus propuestas, el tema en sí invita a un acercamiento y al diálogo y la comprensión.

Otro aspecto fundamental es que el ser humano vive un momento, que en gran medida, ha perdido el sentido social de la vida como un aspecto íntimo del vivir individual enfatizando en lo tecnológico y mercantil. En este proceso se han desvalorizado las emociones, se desconocen y a veces negadas, perdiendo conciencia de ellas, así comúnmente se busca una justificación racional para todo el quehacer, y no se ve que el fundamento de todo lo que se hace es emocional y está en las preferencias, deseos, gustos, ambiciones, miedos, envidias y que se usa la razón para justificar u ocultar las emociones.

Finalmente como señala Morin, “la escuela, hoy sobre todo para la adolescencia, no aporta el viático bienhechor para la aventura de vida de cada uno. No aporta las defensas para afrontar las incertidumbres de la existencia, no aporta las defensas contra el error, la ilusión la ceguera. No aporta los medios que permitirían conocerse y comprender al otro”. (41: 2015)

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